MIMO

28 de octubre de 2013


El mimo corporal es un tipo de teatro físico creado en la antigüedad griega y revivido por Étienne Decroux hace poco más de 100 años. Es un arte dramático del movimiento cuyo objetivo supone introducir el drama dentro del cuerpo y representar lo visible pero también lo invisible como las emociones, las tendencias, las dudas o los pensamientos. Hacer mimo es expresar o reproducir aspectos de la vida (personajes, animales, situaciones, estados de ánimo, fantasías y realidades) por medio de gestos, acciones y movimientos, sin la ayuda de la palabra. Esta técnica favorece la comunicación y la representación de una historia esencialmente a través de un lenguaje corporal que se desarrolla en un espacio y tiempo concretos. 

La pedagogía del mimo corporal permite al actor adquirir un estado mayor de autonomía, multiplicando sus posibilidades físicas e imaginativas a través del estudio de una técnica. Para caracterizar a un mimo, además de sus técnicas y ensayos, es muy importante también tener en cuenta tanto el maquillaje como el vestuario, aunque estos dos factores puedan ser prescindibles en momentos improvisados.

Las acciones mímicas que recoge esta técnica teatral son cinco:
  • Movimientos de acción: necesarios para consumar una acción tales como beber, caminar, comer, dormir, etc.
  • Movimientos de caracteres: son permanentes y determinan el carácter, los hábitos y la cualidad de un personaje.
  • Movimientos instintivos, espontáneos, involuntarios y traicionan una emoción o una sensación física o moral.
  • Movimientos descriptivos o parlantes: son voluntarios, reflexivos, compuestos y tienen el objetivo de expresar un pensamiento, una necesidad, una voluntad o describir un elemento o personaje.
  • Movimientos complementarios: son aquellos en los que participa todo el cuerpo en la expresión significativa por el movimiento principal, a fin de dar a esta expresión más fuerza y armonía. 

Esta técnica requiere un completo trabajo de actitud, manejo de fisonomía y de gesto, puesto que las expresiones de carácter se componen de actitudes, las expresiones instintivas se componen de fisonomía y las descriptivas o parlantes se componen sobre todo de los movimientos de las manos. Por ello, el actor de arte mímico debe adquirir:
  • Flexibilidad y movilidad de su cuerpo, sus miembros y músculos del rostro
  • El conocimiento de todos los movimientos que él pueda ejecutar.
  • La facilidad de precisión en la ejecución de todos esos movimientos.
  • La conciencia perfecta del significado de cada uno de esos movimientos.

Marcel Marceau fue un actor francés aclamado universalmente como el mejor mimo del mundo. Su interés por el arte de la pantomima comenzó desde su infancia. Usa una combinación de ballet y mímica para crear sus propias representaciones mímicas haciendo que las personas que le observan, sepan claramente y sin lugar a dudas los objetos o acciones que está representando. Sus técnicas son las más usadas en el tipo de mímica que se suelen hacer. A continuación se muestra un vídeo del actor citado.





En la actualidad, el mimo corporal o la mímica se utiliza como una herramienta y técnica de interpretación en las aulas de las distintas etapas educativas. El mimo en el aula contribuye al proceso de adaptación al medio, a la producción de la imagen corporal y su ubicación espacio-temporal, y ofrece grandes ventajas como medio de creatividad, dentro del marco de un ambiente lúdico. La acción mímica es una representación de la realidad cotidiana y adquiere gran utilidad para la comunicación y expresión de dicha realidad y un gran valor de simbolización. Por ello, se supone interesante para las aulas de infantil.

Con esta breve introducción de la técnica del mimo corporal, se da paso a la primera actividad desarrollada hoy en el aula.

ACTIVIDAD 1.

De uno en uno, cada alumno/a debe escribir una frase o idea simple (acción de la vida cotidiana, gustos, emociones) pero con sentido para después poder representar mediante mímica. 

Esta actividad tiene que ver con el mimo sencillo ya que, es importante tener en cuenta que, cuando uno no puede utilizar la palabra para comunicarse con los demás, debe utilizar su cuerpo y sus gestos para ello, por lo que necesita saber con exactitud la información que pretende expresar y sobre todo cuidar la manera de representarlo.

En este sentido, me dispongo a comentar el desarrollo de dicha actividad. 

Una vez escrita la frase o idea, de uno en uno nos hemos ido posicionando en el centro del aula para expresarla con mímica para que los demás, después de observar los movimientos realizados, pudiéramos averiguar cuál era el mensaje que había escenificado cada uno.

Con ello, han surgido distintas interpretaciones dentro de una misma representación mímica lo que supone que las acciones, gestos y movimientos, no estaban bien cuidados. El control y el dominio corporal es imprescindible para poder realizar esta técnica, ya que el cuerpo crea imágenes que se suceden y se mantienen un tiempo y se organizan para dar claridad al mensaje. Por ello, en aquellos alumnos/as cuyas acciones, gestos y movimientos no han dado lugar a dudas, es de suponer que su representación mímica ha sido la correcta para la información que querían expresar. 

En mi caso, el mensaje que he querido transmitir ha sido el siguiente:


“Hoy me he levantado pronto para ir a Zumba” 



No obstante, a continuación adjunto una tabla que refleja por un lado el mensaje que me han transmitido cada compañero/a con su mímica, es decir, lo que he interpretado de cada uno de ellos, y por otro, lo que verdaderamente han querido decir.



Después de esta actividad hemos podido comprobar que las acciones mal interpretadas tienen un por qué: todos tenemos aún mucho miedo escénico, lo cual no favorece nada a nuestras representaciones. Esto se percibe por la rapidez en la que hemos realizado todos y cada uno de los alumnos/as del aula nuestra propia representación mímica. Esta técnica requiere de un desarrollo lento en el momento de la escenificación. No obstante, también se debe tener en cuenta que, a veces, no sólo es importante considerar si el “mimo” expresa bien todo aquello que quiere dar a entender, sino que también se debe tener en cuenta las interpretaciones que, cada espectador pueda tener al respecto para una misma actuación ya que, si por ejemplo la escenificación contiene un cúmulo de emociones, puede que varíen según las experiencias o ideas que una persona y otra tengan para ello.

Por otro lado, hay representaciones mímicas que pueden dar lugar a mayor complejidad porque requieren más tiempo o porque la información a escenificar incluye cierta dificultad que debe eliminarse a través de los gestos y los movimientos, por eso, a través de estos mismos el mensaje siempre debe quedar claro si no se puede hablar. Ejemplos de esto, vistos en el aula por el profesor o grupo de compañeras, han sido:

“ Cómo montar una pistola”
  1.      El mimo se dirige a un armario y simula coger un maletín
  2.      Se sienta y abre la caja
  3.      Empieza a montar piezas hasta dar a entender que el montaje era de una pistola
  4.      Prueba la pistola disparando
  5.      Después de probarla, la vuelve a desmontar y a guardar en el maletín
  6.      Traslada el maletín al mismo lugar de donde lo ha sacado.


“Toparse contra un cristal” o “ Trasladar un cristal que contiene una mancha que se ha de limpiar”.

Para seguir con la misma temática de la mímica, antes de terminar la sesión, el profesor nos ha propuesto ensayar una representación mímica más compleja y larga para escenificar en la próxima clase, siguiendo su ejemplo de "cómo montar una pistola".

ACTIVIDAD 2 DE MIMO

29 de octubre de 2013

Escenificar una representación mímica compleja en acción y en tiempo. 

Para ello, era necesario como actor de mimo, exagerar nuestras acciones y movimientos para dar claridad a lo que se iba a expresar, así como tomar el tiempo necesario para su puesta en escena. Lo curioso de la actividad es que, se ha podido corroborar que el miedo escénico sigue estando patente puesto que, son pocas las personas que han desarrollado su pequeña representación. 

La primera alumna en salir, ha escenificado lo que significa llegar a casa y relajarse viendo la tele. Para ello, ha simulado entrar y sentarse en un sofá, encender la tele y comenzar a reirse, dando a entender que estaba viendo una comedia. Después, ha simulado que se le hacía tarde tras mirar el reloj, por lo que se ha dirigido a hacer la comida, ha comido y se ha vuelto a sentar para seguir riéndose mientras veía la tele. Parte de la representación se ha hecho de espaldas al resto de compañeros y compañeras por lo que es algo que debe tenerse en cuenta, es decir, siempre debemos actuar de cara al público puesto que si estamos de espaldas, los espectadores no van a poder apreciar todos nuestros movimientos. 

La representación mímica del segundo compañero en salir, simulaba la acción de realizar una receta de cocina, buscando sus ingredientes y cocinando pero, al salir un momento de la cocina, la sartén se incendia y él asustado debe apagarla y la comida se estropea. 

Por último, he sido yo la que por último ha salido al centro del aula a realizar la representación mímica. Por ello, adjunto el vídeo correspondiente primero, para que se pueda averiguar antes de comentar la acción que he querido escenificar. 



Si mi representación mímica ha sido correcta, todo aquel que haya visto el vídeo debe haber intuido las acciones que en ella se han llevado a cabo. No obstante, procedo a describirlo brevemente. En primer lugar, simulo mi total aburrimiento lo cuál me lleva a sumirme en un profundo sueño en el que creo que me hago rica tras encontrarme una maleta llena de dinero por la calle. Al llevármela a casa corriendo, me dispongo a jugar con el dinero simulando que cae por encima de mí, pero en ese momento vuelvo del sueño, me despierto, y al no ver la maleta me doy cuenta de que no existe ningún maletín con dinero y que, por consiguiente, no soy rica. 

No obstante, después de estas tres representaciones mímicas, ha sido el profesor el que ha dado lugar a una cuarta, acercando la escenificación al ámbito musical. Para ello, ha cogido varios folios y ha dejado caer en el suelo uno de ellos. Sin querer lo ha pisado y se ha asustado al comprobar que el folio tiene sonido (sonido producido por él mismo). Ha vuelto a pisarlo y el folio ha vuelto a sonar, pero esta vez nos ha pedido (sin utilizar la palabra) que fuéramos nosotras la que hiciésemos el sonido correspondiente. El sonido simulaba un "do" dentro de la escala musical. Cada vez que él lo pisaba, nosotras debíamos reproducir el sonido del "do" de forma más suave o más fuerte, dependiendo de si lo tocaba o lo pisaba. Después ha puesto otro folio al lado del que ya tenía, pero esta vez, éste reproducía un sonido de "re" y tras probarlo varias veces junto con el "do", ha dejado caer otro reproduciendo para él un sonido de "mi". Nosotros como alumnos debíamos estar atentos porque dependíamos de lo que él hiciera para reproducir un sonido u otro. Esta representación en particular es de gran interés para llevarlo a las aulas porque no sólo se está haciendo mímica sino que se está incluyendo a los espectadores como parte del espectáculo manteniendo así el interés de todos y de cada uno de ellos. Por eso, esta simulación en las aulas de infantil resulta bastante atractiva tanto para trabajar la atención, como la mímica como, indudablemente, la música. 

Por último, el profesor ha elegido a tres compañeras del aula para simular una última representación. En esta ocasión, él las explicaba lo que debían hacer para que pudieran escenificarlo y el resto averiguarlo después. La representación mímica correspondiente simulaba una acción que suele ser normal en nuestro día a día. Tres personas que están en el andén esperando al metro. Cuando éste llega, las tres personas se montan pero sólo hay un asiento libre y una de ellas se interpone a las otras dos para no perder ese sitio. Por tanto la imagen que se ve es a una de ellas disfrutando de su asiento, mientras que a las otras dos no les queda más remedio que permanecer de pie aguantando el vaivén del movimiento del metro. 

Como podemos comprobar, se pueden representar infinidad de acciones a través de la mímica, y de los movimientos y gestos que ello conlleva. Para ello es necesario cuidar estos movimientos y gestos, así como las actitudes que se muestren para dar vida a la acción. Además, es importante considerar que la representación lleva su tiempo y que no es recomendable desarrollarla con rapidez, sino exagerando cada movimiento y tomando el tiempo que sea necesario, de hecho es mejor hacerlo algo más lento de lo normal para que los demás puedan apreciar todo lo que se hace. Estos tipos de actividades suponen una herramienta lúdica muy importante no sólo en las aulas sino también fuera de ellas donde poner en práctica la expresión corporal.
























3 comentarios:

  1. muy bueno!!!! gracias!, no se como se llama la chica que lo publico pero me encantaria saber el nombre de ella y de su profesor de mimo. Saludos desde argentina Bahia Blanca.

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  2. Q lindo concepto me ayudo mucho en mi actividad

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  3. Q lindo concepto me ayudo mucho en mi actividad

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